Empieza el desmantelamiento

Hoy no vengo a contaros nada relacionado con las manualidades, los pedidos, el fieltro, hoy vengo a compartir con vosotros mis pensamientos.
Yo soy maestra, eso ya os lo he comentado alguna vez y maestra de la pública desde el año 96, que ya va lloviendo. He ido viviendo muchos y diferentes momentos a lo largo de estos años, mejores y peores, claro, pero nunca como los que nos está tocando vivir.
Antes que que nadie piense que soy una insolidaria, comentario este que ya me ha tocado escuchar alguna vez, parto de la idea y de que soy consciente, que la cosa está muy mal para todos y para algunos peor. Pero vamos que yo misma en mi casa también he sufrido las consecuencias de esta crisis maldita sobre la persona de mi chico.
Como os decía he vivido momentos peores y mejores, pero siempre con el sentimiento de que la escuela es utilizada como arma arrojadiza y política en la que se prometen muchas cosas que suenan muy requetebien, es decir, que se preparan un escaparate muy chulo pero detrás queda la trastienda, en la que estamos los maestros, que en definitiva no dejamos de ser personas, que en la mayoría de los casos, elegimos este oficio, porque lo adoraban con  todo lo que implicaba y suponía.
Muchas veces vencemos el desconocimiento, vencemos las consignas sociales, nos ponemos la coraza porque tenemos que estar con nuestros niños, por cierto, los afectados por todo esto.
Hoy ha sido uno de esos días de ponernos la coraza, porque hemos recibido una llamada en la que se nos informaba que oficialmente el cole de un pueblo cercano, Garciotum, se cerraba para el año que viene. (Es uno de los muchos que van a cerrar) Y eso te lleva a pensar muchas cosas.
Yo soy chica nacida en ciudad, soy nacida en Madrid, pero pronto me vine a la provincia de Toledo y aquí de los que más hay son pueblos, no hay demasiadas poblaciones grandes, así que pronto empecé a cubrir mis primeras interinidades en pueblos de la zona, hasta que terminé donde estoy que es un pueblo de una zona rural. Obviamente las cosas no son iguales cuando trabajas en un colegio grande a un colegio pequeño, cambian las circunstancias porque en los pueblos se conoce todo el mundo, los chicos tienen otra forma de vida y además a veces hasta las circunstancias económicas también cambian. Pero lo que no cambian son los niños, esos que llegan con cara de sueño por la mañana, con sus ganas de jugar, con sus ganas de aprender, esos que ahora nos preguntan por nuestras camisetas, o porque se hace huelga o porque dicen en la tele que van a cerrar esos coles, y a veces las soluciones que ofrecen son las más lógicas y las mejores, al menos para mi.
Evidentemente la escuela rural tiene sus peculiaridades y tiene sus puntos buenos y sus puntos malos, pero lo que no tiene es desatención a alumnos, lo que no tiene es altos indices de abandono, o como algunos se empeñan en afirmar los niños no tienen 2 horas de clase.
Pero por encima de todas estas cosas, una escuela es parte de la vida de un pueblo, como lo es el consultorio médico, el cartero, el policía y es una parte de esa vida, muy importante y si no hay escuela, los niños se van y entonces volveremos a los que teníamos en abundancia en este país que eran pueblos que se iban extinguiendo por la falta de personas o por la propia ley de vida.
Hoy que se ha producido la llamada del ahorro en muchos centros de Castilla-LaMancha, a partir de hoy todos esos que nos llaman alarmistas o incluso los que afirman que todo nos lo estamos inventando, van a poder comprobarlo, lo único es que ellos lo harán desde sus posiciones acomodadas en sus sillones de cuero de despacho y las gentes de estos lugares, lo sufrirán en sus propias carnes y claro el resultado no es el mismo.
Hoy es uno de esos días en los que muchos nos hemos puesto tristes, hoy muchos nos hemos acordado de Rita, la maestra desde hace..........., hoy nos hemos acordado de esos niños pero sobre todo hoy lo que hemos sentido muchos es mucha vergüenza y encima de la peor, de la ajena.
Podría seguir escribiendo durante mucho tiempo porque estoy crispada, enfadada, frustada, indignada, cabreada, decepcionada, pero de nuevo, mañana abriré la puerta de mi barracón me pondré la coraza y fingiré que todo está OK, solo por esos chicos tan estupendos que me suelen dar mucha guerra, pero que también me hacen reír mucho y con los que aprendo todos los días un montón.
Por eso, sigo siendo maestra.