Ayer pasé el día con mi amiga Ana (el mundo con fieltro). Después de ver las fotos de mi boda y comer, que es necesario. Nos pusimos al dia con algunos nuevos pedidos de dos a dos y nos organizamos un poquillo, con encargos para enviar pendientes. Después comenzamos a enseñarnos páginas y más páginas y como no siempre terminamos viendo algún video de gran Tin Holtz, muriendonos de la envidia por el taller que tiene y despotricando en su contra por lo estupendo que es, ya sabéis envidia sana. Pero os recomiendo a todas que visitéis su blog y lo comprenderéis, si es que no le conocéis aún. Su web es http://www.timholtz.com/
y este es su blog http://www.timholtz.typepad.com/ después me contáis.
Total que empezamos a recordar cositas entre ellas esta que quiero compartir hoy con vosotras.
Una tarde de viernes quizás, nos íbamos al cine y de repente, al pasar por unos contenedores de basura, vimos en el suelo, tres armaritos blancos, como de baño, dimos marcha atrás, los inspeccionamos y decimos que a la vuelta, si aún estaban ahí los recogeríamos. Pues bien, en el fondo y aunque nos hicimos las fuertes nuestro espíritu del "todo vale" nos estuvo recordando los mueblecitos toda la tarde, a pesar de que habíamos ido a ver a Jhonny Deep en Piratas del Caribe.
Y al regresar a casa, allí estaban, así que nuestro Diógenes interior salió y los recogimos.
Muy satisfechas con nuestra captura, fuimos a ver a unas grandes amigas amantes de las manualidades y una de ellas concretamente, gran culpable e iniciadora de nuestra pasión por los mercadillos, se mostró aún más entusiasmadas que nosotras y nos regañó porque habíamos dejado uno de los muebles allí.
Días después, Ana y yo quedamos y armadas con rodillos, pintura, cola de decopauge y servilletas, nos pusimos a acabar nuestra obra.
Transformamos nuestros armaritos en unos armaritos para colgar nuestros collares, pulseras, etc.
Y bien facil, lavamos los muebles, los pintamos con esmalte, y una vez secos cada una puso la servilleta que le gustaba, ah y unos tiradores que habíamos comprado en A Loja do Gato Prieto en Xanadú. Por dentro, los forramos enteros de terciopelo del que se pega y le pusimos unas alcallatas, por donde quisimos yyyyy.. aquí os muestro el mio, porque del de Ana no tengo fotos.
Espero que os guste.
Así somos nosotras, ¡que se le va a hacer!
Que paséis un buen día